lunes, 14 de abril de 2014

¿Correr yo?

Hoy mismo he caído en la cuenta de que tengo el blog abandonadísimo! No he puesto nada desde mi cumpleaños. Y es que los días se me quedan en nada. 
Y ya no es sólo el blog, es todo, son mis amigos, el cine, el descanso... 

Resulta que desde que empecé las clases de flamenco me he quedado sin semana. Tengo clase los martes y jueves, pero como me gusta tanto, a veces alquilo sala los lunes o los miércoles o los sábados y sigo dándole candela al taconeo. Si a eso le sumamos que tengo que lavar ropas, ordenar casa, prepararme comida para el día siguiente y hacer la compra, pues ya me diréis... Además, todos los días intento sacar un ratito para leer porque basta con que lo deje 2 días para que después me cueste la misma vida volverme a poner. 

Mis tardes, cuando vuelvo del trabajo, se quedan en 5 horas. Y ya he confesado aquí alguna vez mi gran incapacidad para rentabilizar mi tiempo libre. Todos los días, no sé cómo me lo monto, acabo acostándome 1 hora más tarde de lo que pensaba y sin haber hecho nada del otro mundo. 

Pues bien, por si mi tiempo libre no estuviera ya lo suficientemente complicado, viene mi Anita de mi alma y de mi corazón y me hace el lío para que salga a correr las tardes que tenga libres. 
Las tardes que tenga libres... 
¿Libres?

Y yo, que sé que me va a venir genial y que será la ocasión para poder estar un poquito con mi amiga, ya le he dicho que sí. Aunque ni sueñe con que le dé cháchara mientras corremos, que yo soy de flato y asfixia fácil, jajajajaja!!!

Y ella, que me conoce perfectamente, me ha mostrado todas las tentaciones del mundo running. Tropecientas mil mariconadas de esas que a mí tanto me gustan. Que si mallas, que si auriculares, que si zapatillas de colores, que si cremitas para después de correr...
Me ha endosado un libro de motivación (Mujeres que corren) y está esperando a que le diga día y hora. 
Y claro, ya que me he comprometido, no puedo decir que no. Ni puedo ni quiero, hostia, que se me va a poner el culo como un pedrusco. Y qué mejor motivación!
Pero vamos, que ya tengo preparada una buena colección de pelis y maíz para palomitas por si entre el running, los pollos a la plancha y el flamenco no se me queda un cuerpo como el de la Bar Raffaeli. 

Que sí, que estoy en modo vida sana porque una ya tiene una edad y me faltan pocos años para que el cuerpo me empiece a pasar factura. Eso sí, el término "vida sana" en mi diccionario incluye mis dos cervecitas al día. ¡O eso o no juego!

Me decía el otro día Anita Patata Frita en Instagram que ella no tenía pensado correr a menos que le robaran el bolso. 
Cómo se nota que no tiene ni un gramo de celulitis la muy perraca... grgrgrgrgrgrgr

Pues nada, a correr se ha dicho!

sábado, 22 de marzo de 2014

Mi gastrocumpleaños

La semana pasada fue mi cumpleaños y lo celebré como a mí me gusta: en casa y rodeada de mis amigos. 

Se presentaron todos de punta en blanco, como no podía ser menos, y con unos regalitos la mar de chulos. 

Y yo les agasajé con un montón de viandas que, luego me di cuenta, provenían cada una de partes del mundo difentes. El hummus libanés, sushi japonés, la salsa para el pollo era alemana, el queso holandes y la tarta era rusa. 
Con pocas cosas disfruto tanto como cocinando para mis amigos. Y mi cumpleaños es una excusa para reunirlos a todos y cebarlos como a pollos. Además, ellos son agradecidos como pocos. Da gusto cocinar para gente que sabe disfrutar comiendo. 

Y aquí van las fotos y las recetas. 

Mis amigos. Todos muy guapos y muy hipsters, como manda la ley de Tula. 
 
Momento de la elaboración del sushi.
Pondré un post un día contando cómo lo hago, pero vamos, que no tiene nada del otro mundo, yo aprendí a hacerlo viendo vídeos de youtube.
Le suelo poner dentro queso de untar, salmón ahumado, rúcula, manzana, zanahoria y aguacate. Otras veces he sido un poco más innovadora y le he puesto pollo asado con tiras de pimiento rojo asado y cosas por el estilo. Está bueno con lo que le pongas. 
Lo acompañé, cómo no, con unos cuencos con salsa de soja y washabi y otro cuenco con gengibre.

Hice tiras de pollo con salsa currywurst. Es uno de mis platos preferidos y bastante sanito. La receta de la salsa es ésta, pero yo le pongo ketchup light. El pollo lo limpio, lo corto en tiras y lo pongo a macerar en una mezcla de zumo de lima, canela, clavo, cilantro, pimientas, sal y aceite de oliva. Lo dejo un rato o unas horas (cuanto más esté, más sabroso), lo saco del bol y pongo las tiras bien extendidas en la bandeja del horno. Lo pongo a temperatura media. No sé cuanto rato lo dejo pero no creo que sea mucho más de 15 minutos. Me gusta sacarlo cuando ya se ve que está hecho pero aún está blanquito. Sale muy jugoso y nada seco. 
Esta receta es una triunfada, os lo aseguro. A los niños les encantará.
 
Hice también hummus, que es uno de mis platos estrella.

- Un bote de garbanzos (el tamaño habitual).
- Dos dientes de ajo
- Cuatro cucharas de aceite
- Dos cucharadas de tahine (pasta de sésamo)
- Cuatro cucharadas de zumo de limón
- Dos cucharaditas de pimentón dulce
- Dos cucharaditas de comino en polvo
- Dos cucharaditas de sal.

Se pone todo en el vaso de la batidora y se tritura hasta dejarlo de textura como a uno mejor le parezca. 
¡Las cucharas son de postre! Y las cucharaditas serían la mitad de estas, las que se suelen poner con el café solo, las más pequeñas de todas. 
Yo no lavo los garbanzos. Es más, uso el líquido del bote para hacer más o menos espeso el hummus.

Más cosas...

Puse diferentes panes, y unos pocos los unte con paté de aceitunas negras, que sé que le gusta a Anita. 
Había panes con sésamo comprados en Tiger, pan pita hecho tiras para el hummus, mini tostas integrales y pan sin gluten para una celíaca que teníemos entre nosotros. 

El queso era una maravilla que descubrimos en Ámsterdam y que tenemos la suerte de que venden en el Corte Inglés: el Old Amsterdam.
 
Y la tarta... ay, la tarta!!!! Qué buena salió, chicos, no os lo podéis imaginar. Cuando acabó la fiesta, cada uno se llevó un trocito extra para el desayuno. 
Se llama tarta Napoleón y era mi desayuno preferido cuando vivía en Rusia. Allí es muy común y es una de las recetas habituales de todas las abuelas.
Aquí está la receta.
 
Y llegó el momento de los regalos.
El primero fue, cómo no y de buena mañana, el míster. Me regaló un montón de cositas super bien presentadas.
 Un cuaderno muy divertido, un libro absolutamente tentador, una tarjeta de felicitación...
Un expositor de fotos.
 Y unos imanes en forma de banderillas que yo he usado para el filo del mueble de la tele. 
Y mis amigos me regalaron un montón de cosas chulas.
Unos zapatos de Kling super originales.
 
 Un vestido que no me cabe me encanta!
Una bandeja que uso para llevarme la infusión el libro y el móvil a la cama
Un servilletero de bar de lo más molón
Un individual
Una tabla de cortar pan que no pienso usar nunca porque es requetebonita
Un barreño que aún no sé para que usar pero que queda maravilloso en mi cocina (que es lo más importante)
 Y al día siguiente me llegó un precioso ramo de flores.
 Así pues, con esto y un bizcocho....
Por cierto, si queréis ver la crónica (y mejores fotos) de Anita, pasaros por su blog.

martes, 11 de marzo de 2014

Mi Instagram

Algunas de las últimas fotillos de mi Instagram.








viernes, 7 de marzo de 2014

Viernes!!!!



miércoles, 5 de marzo de 2014

Mi primer taller clandestino


La revista Singulares (si no la conocéis, ya estáis tardando) ha iniciado un ciclo llamado Talleres Clandestinos. Al principio no entendía muy bien el concepto porque es algo así como "tú vienes, pagas y yo te doy un taller y un brunch que nos llevará toda la mañana". Ya, ya, ¿pero de qué es el taller?, porque si es de punto de cruz o de técnicas de sofrito pues no, como tú comprenderás, no. "Es que es clandestino, sólo te puedo decir día, sitio y hora". Hombre, gracias! Todo un detalle!, jajajajaja!!! 

Y tras la coña, he de explicar que la directora de la revista, Belén López, es una de mis mejores amigas y que tengo fe ciega en ella y en sus proyectos. Y al igual que yo, con fe ciega nos presentamos en el taller unas 8 ó 9 personas. Y efectivamente, mereció la pena la sorpresa. 

Fue en el taller de Chus Cano, de El Sabor de lo Antiguo. Un lugar cargado de pinturas, maderas viejas y toneladas de encanto. 
Al llegar, nos estaban esperando con un delicioso y completísimo brunch a cargo de PartyPacks.
Vamos, que fiel a mi conocida falta de autocontrol, no paré la boca durante toda la mañana.
Conocí a un montón de gente guapa con oficios de lo más interesantes. Desde fotógrafos (incluso una fotógrafa de bebés), hasta una fabricante de alfombras. Yo estaba más feliz que una perdiz.
Y al final, el taller resultó ser para aprender a hacer un marco con arpillera de lo más "cuqui" (como me dijo una chica que suele decir Pepe Leal). 

Para ello tuvimos que colocarnos un delantal y poneros a lijar, pintar, encolar, etc. Fue tan divertido el proceso como satisfactorio el resultado final.

El mío quedó así de molón.

Al próximo taller voy de cabeza!

Si queréis más detalles, leed el post del blog de Singulares.

lunes, 3 de marzo de 2014

Maneras absurdas (y placenteras) de gastarse los cuartos.

Inauguro una sección que me dará un montón de juego: maneras absurdas de gastarse/me el dinero. 
Y sí, es que yo soy un pozo sin fondo de aficiones absurdas. Ya veréis, ya...

Empiezo con mi afición por los botes de cristal. Los tengo de 30 formas y tamaños diferentes. Y tengo tantos que casi la mitad aún no sé para qué usarlos. Andan guardados en cajones mientras esperan que les llegue el turno de ser usados. 

Éstos son los más bonitos, los niños de mis ojos. 



Seguiremos informando de más tontás.

viernes, 28 de febrero de 2014

Viernes!!!



jueves, 27 de febrero de 2014

Contando el tiempo

Nunca jamás me han gustado los calendarios que se cuelgan en la pared. Me parecen la antítesis del buen gusto y me he negado siempre a tener uno en casa. Será porque he crecido rodeada de los calendarios de publicidad que daban las empresas un par de meses antes de Navidad. Las tías en pelota de los calendarios de los talleres mecánicos o los paisajes insulsos, gatos posadores o santos varios que había en los de mi casa y en las casas de mis amigos. Y yo siempre pensaba lo mismo: "¿No preferirían no saber el día que es?"

Hay comodidades de las que prefiero prescindir en aras de la estética, y los calendarios, así como las mesas camilla, son objetos vetados en mi hogar. Así me congele!!!!

Pero este año, debido a esa magnífica frase (que no sé quién coño inventó) de "hoy por ti y mañana por mí", me tocó ceder en uno de los caprichos del míster. Quería un calendario. Pero no un calendario cualquiera, no, que el míster cada vez va entendiendo más eso del "in&out"; el calendario de Mr. Wonderful. 

Y no me digáis que no ha quedado coqueto...

Mira , que igual me planteo ir cambiando de opinión... :-)

martes, 25 de febrero de 2014

La Tula siempre tira al monte...

Os acordáis de este post? Qué feos eran los joíos...

Pues en aquella academia de hace ya 3 años no duré más de 2 meses. La bailaora era buena, pero las alumnas eran de lo más normalito, y yo quería marcha, taconeo a tutiplén, y no bailes regionales...
Así es que lo dejé porque aquello no era el flamenco que yo quería bailar. Yo quería genio, fuerza, destrozo de pies, mucha mala leche!. Adquirí muy buena técnica el año y pico que estuve bailando con la gran Mariquilla en Granada (allá por 1997) y, por lo tanto, el flamenco adaptado a señoras amas de casa que han decidido cambiar el aquaerobic por el "flamenco" se me queda bastante corto.

Y ya había perdido la esperanza de encontrar un sitio donde aprender de verdad, cuando leí algo sobre la Fundación Casa Patas. Sí, el conocido restaurante y tablao flamenco Casa Patas.
Hice una clase de prueba con el bailaor José Antonio Jurado y me fui de allí con la certeza de que ahora sí, coño, esto sí es flamenco!
Y claro, cuando me puse a taconear como una loca y me di cuenta de que como siguiera con aquellos zapatos me iban a tener que amputar los pies, tuve que plantearme la compra de unos zapatos buenos. Y dije yo, qué coño! ahora me voy a comprar unos bonitos!.

Y esto fue lo que pude conseguir por mucho más de 40 euros. Pero es que, como me dijo una compañera al ver mis talones sangrantes, si quieres calidad, la tienes que pagar.

Y eso que dicen de que al final lo barato sale caro, no puede ser más cierto. Aquellos otros zapatos se me deformaron al mes y ni siquiera tenían clavos en el tacón (¡!). Estos, en cambio, parece que taconean solos, y son una maravilla, o al menos a mí me lo parecen. Son de Gallardo, hechos a mano, y los tengo cuidaícos como si los hubiera heredado de mi tatarabuela.

Igual algún día me quito la vergüenza y os pongo un vídeo de cómo se me da a mí el taconeo.

domingo, 23 de febrero de 2014

La magia de los domingos

Cuando los príncipes se tienen que ir un domingo temprano a cazar dragones, buscan la manera de dejar a las princesas a salvo de despertares tristes...

Disfrutad todos, príncipes y princesas, de un domingo maravilloso.

viernes, 21 de febrero de 2014

Viernes!!!

Ya es viernes, madarfakas!!!
Ow, yeah...

miércoles, 19 de febrero de 2014

El Frío, de Marta Sanz


No suelo hacer post reseñando libros porque no se me da bien hacer análisis brillantes e hiperliterarios. Yo soy más bien del "me ha gustao - no me ha gustao".Y para decir una tontería, mejor no digo nada. 

Si a eso le sumamos que casi todo lo que he leído en los últimos 6 meses (excepto La felicidad de los ogros, de Daniel Pennac, fabulosísimo) me ha aburrido sobremanera, pues ya me diréis qué plan...

Pero hace un par de semanas, mi querido Juanan (conocido, guapo y asiduo figurante del blog de Anita) me habló de esta maravilla de las letras: El Frío. Yo no había leído nada de esta escritora pero todo el mundo me hablaba genial de su obra, así es que, ni corta ni perezosa, me lancé a la caza del libro que, esperaba, me aliviara de la soporífera temporada lectora en la que me hallaba inmersa tanto tiempo ya.

Y, oh, sí, por fin un libro que me entusiasma y del que no me apetece perderme ni medio renglón. Lo empecé a leer en el metro, y nada más acabar el primer capítulo decidí que no, que ese libro merecía ser saboreado en casa, en silencio y del tirón. Así es que, como no podía parar de leer, cuando llegaba a casa por las tardes repetía la lectura. Mi capítulo preferido es, sin duda, el primero, con esa frase final absoluta que no deja lugar a réplica: "todo ese montón de mierda que no te voy a perdonar nunca".

El Frío no es una novela al uso, con una exposición, un nudo y un desenlace. No, lo que atrapa de este libro no es la historia en sí sino el modo en el que está contada. Ganas de sentarte, abrir el libro y disponerte a disfrutar de la magia de cada frase, de cada idea, de cada sentimiento expuesto. Es la rabia, la soledad, la resignación y, sobre todo, la impotencia de la protagonista, que entre viaje y viaje se esfuerza por aprender a entender y a aceptar lo que le ha tocado en suerte. Es el frío...

Por fin he encontrado al autor que me gustaría ser. Esa manera de escribir es la manera en la que a mí me gustaría escribir. Posiblemente no sea del agrado de todo el mundo, pero eso a mí me da igual. Yo he encontrado mi modelo, mi referente, mi fuente de placer perverso. Yo quiero escribir como lo hace esta señora. Presuntuoso, yes, I know, pero qué sería de nosotros si la ambición no nos anduviera dos pasos por delante...

viernes, 14 de febrero de 2014

Yo. Bueno, tú y yo.

Tula Malcriada

Tula Malcriada
A mí, que nunca me han interesado ni san valentines ni san valentones...
A mí, que me da miedo el amor que se compra y se vende, se mide, se descuenta, se regala, se devuelve, se cambia por un vale...
Yo, que huyo despavorida de la marabunta de flores, corazones y pupilas estrelladas...
A mí, que voy de moderna, de "yo es que no celebro amores mercantiles"...
Yo, que siempre he sido de querer a oscuras, de que no nos goce nadie, del filo de tus uñas...

Pues es que yo... hoy... tengo la necesidad imperiosa de regalarte lo que más me cuesta últimamente: Letras.

Porque tú me sacas del mundo y de las horas, me desdoblas, me exploras las entrañas, extraes lo bueno y con ello me pintas la cara; entonces me pides que abra los ojos y me devuelves al tiempo contable, me dejas sentada en mi lado de la casa y te marchas satisfecho a seguir haciendo lo que hacen los héroes.

¿Sabes?
Te quiero.