lunes, 31 de octubre de 2011

Malcriada y rara...

Hoy he tomado conciencia por fin de lo rara que soy. Es posible que los demás también lo hayan hecho. Pero no se hagan ilusiones, señores, eso no significa que vaya a intentar cambiar; vuélvanlo a leer y déjense alcanzar por la melodía triunfal de mis palabras.


Antojo: Quiero aprender a tocar el ukelele.

lunes, 24 de octubre de 2011

Cortos y tapas en Lavapiés

Lavapiés no es un barrio que yo visite a menudo, y no sé por qué, porque me encanta. Soy animal de costumbres y cuando me siento cómoda en un sitio (léase, Malasaña), me cuesta cambiar.

El caso es que un amigo me propuso un plan irresistible para este fin de semana: 14º International Short Film Festival y Tapapiés. Cómo iba a decir que no? Me apasionan los cortometrajes, y de tapas ya ni hablamos. Y nos gustó tanto la experiencia del viernes, que la repetimos el sábado.

El viernes vimos el ciclo Sexo, Drogas y Rock&Roll, en el Espacio de Cultura de la calle Argumosa. Proyectaron seis cortos de diferentes países europeos. Los que más me gustaron fueron Baldguy (Noruega) y I Love Lucy (Escocia, Dinamarca, Reino Unido, Inglaterra)

El corto completo, aquí.

De I Love Lucy no he conseguido encontrar un vídeo para colgarlo aquí, pero es altamente recomendable, con un final.... mmmm....

El sábado vimos el ciclo Panorama Nacional 3, también en Argumosa, todo cortos españoles. Todos me dejaron buen sabor de boca, pero mi preferido es Error 0036, otra comedia genial.


El festival estará hasta el día 30, así es que aprovechad porque merece la pena; obras de arte en versión mini. Echadle un vistazo al programa.

Y tanto arte nos dio hambre. Así es que ni cortos ni perezosos nos lanzamos a recorrer el barrio en busca de la tapa perfecta. Treinta participantes con una tapa a 1€ cada uno. El viernes pudimos comer todas las tapas que quisimos, pero el sábado estaban agotadas en la mayoría de los sitios a los que fuimos. Pero bueno, al menos recorrí el barrio y descubrí que hay garitos de tapeo geniales, y no sólo restaurantes hindús (mil perdones por mi más que imperdonable ignorancia). Estuvimos y comimos en:

- Achiuri (Kepe con Tapenade)
- Alabanda (Volcán Alabanda)
- La Casa de las Tostas (Payés de jamón)
- La Mancha en Madrid (Carpaccio de bacacalao sobre crema de piquillo)
- Lo Máximo (Chile con carne)
- Portomarín (Zamburiña a la gallega)

Y mi voto es para....


Sí, un Chile con carne delicioso!!!!

Así pues, un fin de semana redondo.

Y para relajarme, ayer domingo me dio por por ponerme a cocinar mi primer brownie! Sí, aunque lo hice un poco a mi manera. Tenía una receta de brownie normal, pero yo quería algo parecido a los bizcochos de fibra de All-Bran Fruta y Fibra, que me encantan. Me puse a inventar y el resultado fue... mmmmm...
Mi brownie merece un post aparte. 

Que empecéis la semana con muy buen pie.

Besos!!!

viernes, 14 de octubre de 2011

El Hombre de Hielo

Sôber.
Otra de mis grandes pasiones musicales que descoloca y anonada a mis amistades cuando se lo digo. Sí, señores, yo también he tenido una época heavy, con su estética y todo lo que eso conlleva. Y he sido hippy, y pija, y underground, y pasota... Sólo me ha faltado ser gótica. Pero lo que no he sido nunca, y Dior me libre de serlo algún día, es normal.

De cada época arrastro algún resto musical que convive pacíficamente (qué remedio le queda) con mis nuevos descubrimientos y frecuentes giros musicales.
Sôber es un ejemplo.

El 20 de octubre darán un concierto acústico en la Sala Silikona, y yo no me lo pienso perder. El año pasado tocaron en la Riviera, primer concierto en Madrid tras su vuelta, y no recuerdo otro concierto en toda mi vida en el que haya disfrutado más. Es difícil explicar la sensación, porque son tremendamente cañeros, la música se te mete por los huesos y te retuerce por dentro, no puedes parar de saltar y cantar, la experiencia es indescriptible. Y sí, lo mío ahora es el indie y lo retro, pero es que Sôber me da un nosequé que no me dan los otros (Mil perdones, señora May) Los adoro! Y me da igual que mi amiga L. diga que es un poco afeminado; definitivamente, Carlos Escobedo es el hombre de mi vida (utópicamente hablando, claro...)

Os dejo el vídeo de una de mis canciones favoritas. Cuanto más la escucho, más ganas me dan de aprender a tocar la guitarra eléctrica, sólo por tocarla así, en plan cañero, hasta que mi cabeza caiga rodando por los suelos, hasta se me partan los tobillos de tanto salto imposible!! Ow, yeah!!!!!! La había cantado mil veces pero nunca me había parado a escuchar la letra. Ahora la canto con más motivo.



Creo que hoy ha llegado el día
de separar la razón del corazón,
de no pensar qué voy a hacer sin ti.
Quiero borrar de mí los recuerdos,
quiero cerrar esta herida
y volar...

Un puñado de abrazos apretaos para todos.
Feliz finde!!!!!!!!!!!!!!!

martes, 11 de octubre de 2011

El día de la cabra

Mañana es el día de las Fuerzas Armadas, día que a mí me la pela (mil perdones por la ordinariez, a todas luces innecesaria) bastante en general, pero que me trae muy buenos recuerdos de mi infancia.

Cuando era pequeña, mi padre y yo nos sentábamos delante de la tele, expectantes, yo en sus rodillas, envueltos en una mantita porque por aquellos años a mediados de octubre ya se notaba el frío en mi pueblo. A nosotros nos daba igual si el Rey hablaba o se quedaba callado, si las visitas oficiales arribaban de Estados Unidos o de la China mandarina, si los verdes o los azules eran de tierra, mar o aire, si había o no mujeres en el ejército, o si los soldados cumplían escrupulosamente con sus pasos coreografiados...

A mi padre y a mí lo que nos gustaba era ver a la cabra.
A mí me entraba la risa cuando la veía aparecer, a la pobre, toda desubicada, incluso asustada por el gentío y el ruido, ¿acostumbrada quizás?, ajena a cualquier sentimiento patriótico... Una cabra, sin más. A mí padre y a mí se nos saltaban las lágrimas de la risa imaginando las horas que habrían pasado los soldados intentando instruir a ese animal asilvestrado, seguramente hastiado de tanto humano cuadrado a la par que alienado... ejem, sorry...

Hoy en día ya no le veo la gracia a sentarme delante del televisor y esperar a que pase la cabra, pero no puedo evitar que cada año se me escape una sonrisa al verla de reojo en el telediario. Para mí, el 12 de octubre siempre será "El día de la cabra"

Y ahora qué fotos pongo en este post que vengan a cuento?

We Heart It

No, mejor pongo estas.




O mejor aprovecho para meter con calzador este vídeo que un solete me ha regalado hoy, y que me ha iluminado la tarde y, previsiblemente, el día de mañana. No me digáis que no es una pasada de chulo! Y la cancioncilla? Ya tengo temazo para tararear el resto de la semana.


Si es que yo soy notablemente más de bicis que de cabras...

Disfrutad del día de fiesta todo lo que podáis y como mejor se os ocurra.
Muchos muchos besos!!!

sábado, 8 de octubre de 2011

Su padre era ruso.

Hace unas semanas, estando yo en Tipos Infames con unos amigos, recibí un escueto correo por Facebook. Era de una amiga, y decía: "Chicas, su padre era ruso". Yo no tenía ni idea de lo que nos quería decir a mi amiga R. y a mí con eso. Pensé que simplemente nos estaba vacilando. Yo, que de vacilona tengo un rato largo, decidí contestarle a mi manera. La discreta presencia de miles de libros y la reciente ingesta de dos copas de tinto infame, me ayudaron con eso que llaman inspiración y que a mí me asalta en tan contadas ocasiones. 

Y esto fue lo que le respondí.

Nadie se explicaba muy bien de quién había heredado aquellos ojos de un azul tan profundo. Revisaron fotos de hasta dos genaraciones anteriores sin que apareciera nadie con ojos de ese color. Jaime no conseguía dormir, había perdido el apetito. ¿Por qué todos sus hermanos tenían ojos de color azabache y él era rubio y de ojos azules?. Llegó a interrogar a sus padres con la firme convicción de que era adoptado. La respuesta fue negativa. Finalmente, una Nochevieja, bajo los efectos de 3 copas de vino, 2 cervezas y 2 copas de champán, la madre, con lágrimas en los ojos, agarró a Jaime del brazo, se lo llevó a un rincón apartado y le susurró al oído: "no sufras más, querido, no busques más... Un verano que tu padre no pudo salir de Madrid por motivos de trabajo, yo me fui de vacaciones con la tía Marta a Algeciras. El penúltimo día, paseando por el puerto, encontramos a unos marineros que andaban un poco perdidos y hambrientos. Los acompañamos a nuestra marisquería favorita. De ahí pasamos a las copas, y de las copas a la habitación del hotel. Era un hombre guapísimo, atento, educadísimo, tan diferente a tu padre!
Se llamaba Dimitri...

Mi amiga se quedó ojiplática ante mi respuesta, y me dijo "no he entendido nada". Pues anda que yo... 
Al final resultó que ella nos mandaba a R. y a mí un vídeo (que casualmente olvidó adjuntar), y nos lo explicaba diciendo que su padre era ruso. En fin...

Por cierto, chicos, ¿nunca os he dicho que adoro el otoño?. Ya tengo mi cámara preparada. Este año no permitiré que se me escape.

Photo by Gcampanale
Photo from We Heart It
Photo by All Girly Stuff
Photo from We Heart It
Que seáis muy felices este otoño.

domingo, 2 de octubre de 2011

Señales

Una veces las vemos y otras, las ignoramos, consciente o inconscientemente, por miedo al cambio, por desidia quizás, por despiste... Algunas veces, las señales son tan claras que resulta difícil no percartarse. Y, a pesar de ello, nos hacemos los tontos. Patético.

Pero de pronto llega un día en el que abres los ojos y decides mirar a tu alrededor, ver cuánto ha cambiado tu vida en los últimos meses. Y te sorprendes. Los abres más aún y ves que tienes un montón de cosas buenas a las que no les habías dado valor, y que tienes un montón de cosas malas a las que no habías sido capaz de dar la justa patada. Más vale tarde que nunca, no? Uno no puede estar eternamente ciego. 

Por fin descubres que lo que querías estaba ahí. Había señales que te lo indicaban, pero tú andabas despistada siguiendo algo que, al girarse y mostrarte su rostro, te hizo ver que te habías equivocado, que no era eso lo que tú pensabas que era, que has perdido el tiempo y andado muchos kilómetros, pero que también has aprendido y crecido interiormente. Te giras y decides que no quieres desandar lo andado, simplemente quieres vislumbrar en el horizonte algún punto de luz que te guíe, alguna señal que te diga por dónde se sale de esa vía. Lo ves y te diriges firmemente hacia él. Se te acelera el pulso, comienzas a sudar, no sabes lo que te espera, llevas demasiado tiempo andando en la misma dirección, dejando que sea otro el que te guíe, y por primera vez vas a caminar sola, a decidir por ti misma hacia dónde va tu vida, qué es lo que deseas para ti. Encuentras otro camino paralelo, sin piedras, sin hoyos, sin grietas y sin tráfico. Es el camino perfecto, el que te hará llegar a tu destino sin fatiga y sin heridas. 

Siempre, no sé por qué, he tenido suerte en la vida. Será quizás porque se me da bien interpretar las señales. Había muchas salidas, había muchos caminos... Y yo he elegido el mejor casi sin darme cuenta.