El otro día, al leer uno de los comentarios del post del día 13 de marzo, me llevé una grata sorpresa. Es más, me quedé perpleja. Alguien que había leído mi paranoia, se había tomado la molestia de continuarla. Me sentí inmensamente importante; a alguien le había parecido lo suficientemente interesante lo que yo había escrito, como para dedicar unos minutos a continuarlo. Y me sorprendió el estilo, la correción gramatical y expresiva, la capacidad del redactor para contagiarnos de la angustia del protagonista. Inmediatamente decidí que haría un post dedicado a ese gran comunicador anónimo.
Esta mañana, ya hacia el mediodía, he recibido la llamada de un compañero. Me ha dicho: "Hola Tula, yo soy el escritor anónimo". Menuda sorpresa! Nunca hubiera imaginado que fuera él. Me ha encantado saber que cuento con gente tan sabia y tan genial en mi vida diaria. Espero que ésta no sea la última vez que nuestras letras se unen.
GRACIAS!
Os pongo primero mi paranoia (mil perdones por dar prioridad a un texto a todas luces, y en comparación, mediocre), para que sepáis de lo que va el tema, y a continuación copiopego el texto genial de mi amigo. Dejaros sorprender y disfrutadlo.
- ¿A qué hora llegaste anoche? No escuché la puerta.
- Ya, es que entré con mucho cuidado porque supuse que estarías dormida.
- Ah. Pues ya me podrías haber dicho algo, ¿no?
- No te quería despertar.
- Gracias. ¿Pero a qué hora llegaste?
- No sé, no era demasiado tarde... las dos, quizás...
- Pues cuando te metiste en la cama yo abrí un ojo y vi que eran las 4 y media.
- ¿Entonces para qué preguntas?
- Y tú, ¿por qué mientes?
- No miento, es que no me acuerdo muy bien.
- O sea, que llegaste borracho, ¿no?
- No, tampoco bebí tanto, un par de cervezas y alguna copa...
- Antes, cuando llegabas tarde a casa y un poquito bebido, me despertabas con
mil besos y me hacías el amor hasta el amanecer... Eran nuestros mejores
polvos.
- Bueno, es que no sabía si tendrías ganas.
- Antes tampoco lo sabías y no te importaba.
- Es que estaba cansado, y además, eres tú la que siempre pone pegas.
- Antes no te importaba estar cansado, y si ahora te digo que no, es porque a lo
mejor ya no sabes seducirme; con los años lo has convertido en algo metódico,
necesario y aburrido.
- O sea, que anoche me hubieras dicho que no.
- Posiblemente.
- Entonces, ¿qué es lo que quieres?
- Que me quieras a mí como a ella.
O que me dejes...
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«Que me quieras a mí como a ella.
O que me dejes...»
No lograba quitarse la frase de la cabeza.
Cerraba los ojos y trataba de hacerlo, pero volvía una y otra vez, como el eco rebotando en las paredes de una angosta y sinuosa caverna. Después de tantos años, de tantos hermosos recuerdos. Después de tantas adversidades y tanto infortunio, y siempre juntos… ¿Así terminaba todo?
Pulsó el botón del ascensor sin ganas. Apenas había dormido, y debía de ser notorio, pues la secretaria del director no dejaba de lanzarle fugaces e incómodas miradas. Por alguna extraña razón, siempre coincidía con ella. Debió de ser una mujer hermosa tiempo ha, pero de eso apenas quedaba nada, excepto su altivez. Era una señora descortés, que no sabía guardar las formas y que solía despacharte con un frío “no está disponible en este momento”, sin apartar siquiera la vista de lo que estuviera haciendo. En el caso de que necesitara ver al director e insistiera, la cosa podía ir a peor. Supongo que precisamente esa era su función en la empresa, una especie de Can Cerberos griego, que vigilaba la puerta del Hades impidiendo la salida de los muertos y la entrada de los vivos.
Salió del ascensor en silencio y se dirigió a su puesto. El ordenador seguía encendido desde ayer. Ya nunca lo apagaba, le molestaba tener que encenderlo cada día. En otra etapa de su vida le hubiera parecido impensable, pero ya no le importaba el medio ambiente. De hecho, apenas le importaba nada.
Hoy no tomaría café, no tenía cuerpo. Desbloqueó el ordenador y abrió el cliente de correo. Veintiocho correos sin leer. La mirada fue directamente hacia uno.
“Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien... ¿Cuándo nos vemos?”
Hacía tiempo que no se lo pasaba tan bien… - repitió para sí mismo. Las palabras de Tula eran bien distintas.
« a lo mejor ya no sabes seducirme; con los años lo has convertido en algo metódico,
necesario y aburrido. »
Como siempre la culpa es mía. –pensó- Soy yo el que la tengo que seducir.
Siempre siguiendo el camino fácil de la auto-exoneración.
Soy yo el que se tiene que esforzar, llevarla a sitios bonitos, hacer regalos diferentes y románticos fuera de las fechas señaladas, hacer regalos diferentes y románticos también en las fechas señaladas.
Decirle que está guapa, a pesar de que hace años que dejó de preocuparse por estar bonita. Sus compañeros y otros hombres por la calle se lo dicen, pero yo no.
Paró de reírse con mis bromas, y aquellas manías que me hacían diferente, ahora me hacen parecer inmaduro.
Lo que le gustaba de mí, ahora le parece irritante.
Pero yo soy el culpable de todo esto – musitó con tristeza -. Con los años lo he convertido todo en algo necesario y aburrido.
«Que me quieras a mí como a ella»
Muy bueno!! como envidio esa capacidad para escribir, me encantaría saber hacerlo, creo que es una de las mejores terapias que hay, aunque solo se escriba para un@ mism@.
ResponderEliminarbuena continuación, la otra cara, te hace ver que lo que enseña la parte que tu escribiste no es como pensamos.
Besos y feliz finde!
Me quedo sin palabras....menudo seguidor...
ResponderEliminarEstas cosas son las que hacen que valga la pena tener un blog, y cuidarlo. Me siento mal por llevar días sin escribir, aunque sea por causas ajenas. El lunes vuelvo, sin falta.
Felicidades a los dos, sin duda alguna, ésto es a lo que yo llamo diseño libre...
bess
clara
Maravilloso!!!! Ahora mismo es lo unico que te puedo decir.
ResponderEliminarBesos
Desde luego ... hay personas que sabéis hacer verdadera mágia con las palabras...
ResponderEliminarQue manera de dejar fluir los sentimientos...Algo que parece muy facil y no lo es...
ResponderEliminarFeliz finde Tula!!
Tula, leí lo que publicó anónimo, bueno, ya ha dejado de serlo, me impactó y no me extraña que hayas estado intrigada, menos mal que has sabido quíen es.
ResponderEliminarFeliz fin de semana y besos.
Creo que habéis logrado un encuentro mágico a través del blog, qué hermoso que haya existido esa conexión tan enriquecedora y además que sea una persona cercana.
ResponderEliminarPor cierto, me gustan los dos textos, la cara y la cruz de la misma historia. Precioso.
Me habeis dado en què pensar....
ResponderEliminarQueeeeeeeeeeeee bonito..ahora me hacéis lloriquear dos?????? ajajajaj!
ResponderEliminarPues nada, la pulsera tiene tu nombre entoncs!!!!!!1jajaj date un capricho! que además de ese modelo, es la única que hay!! gracias por visitarme!
Muak;)
¡¡¡Qué bonito ,menudo seguidor !!!!!
ResponderEliminarMe ha parecido un post precioso!!!!
Super seguidor!!!
ResponderEliminara ti al menos te dejan cosas bonitas!
Besos Chipless by Dave
Creo que entre los dos habéis completado a la perfección la escena. Es bonito ver reflejado de esta forma que en toda moneda hay dos caras y que sin conocer una la vision es incompleta.
ResponderEliminarContinuar deslumbrandonos.
Un saludo, Lorena.
Verdad que sí? yo le digo fea, aunque es mentira, pero...
ResponderEliminarUn lujo de seguidor!!Mímalo!!
ResponderEliminarBss Carmen
Wuauwww..... Menudo tándem !!!....otra, otra,otra!!
ResponderEliminarQué genial! Me encanta, me parece.... no sé que decir! Es el tándem perfecto!!! Más, quiero más.....
ResponderEliminarbesitos y gracias