Yo quiero entregarme a la reflexión y a las exquisiteces de la vida contemplativa. La lectura y la ensoñación, las músicas lejanas y la deliciosa sensación de ingravidez, las tertulias instruidas y el arte, los cafés de media tarde y las veladas de whisky solo y puro.
Risa, lluvia, meditación, sol...
Foto de Green Wedding Shoes
Foto de Kirsten Hermann
Pero eso es imposible, ¿cómo lo harán algunos para pasarse días, semanas, en estado de permanente abstracción?
La hipoteca y el euribor, la declaración de la renta y la subida del gas, la factura de Endesa y el lavabo atascado, el metro siempre lleno y el regueatón del vecino, las páginas amarillas y esos grandes hermanos, el novio yonki de la Jessi y sus botas del Strafalarius, los gases de la fabada y el efecto invernadero...
La mediocridad del mundo cercena mi escasa capacidad de abstracción.
Lo intentaré una vez más antes de tomar medidas drásticas.
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