El 16 de mayo hace exactamente un año que empecé este blog. No sabía muy bien qué quería hacer ni si le interesaría a alguien lo que tuviera que decir. Pero me daba igual; lo importante era empezar.
Mis circunstancias en aquel momento eran bien diferentes; tenía una vida estable, tranquilidad y cero problemas. Creo que se nota en los primeros post. La intención era hablar de decoración, de moda, un poco de cocina y tener la excusa para escribir algo más.
Pero unos meses después, un huracán gélido llegó y arrasó con todo, y el blog ha acabado siendo un caos de sentimientos, de altos y bajos, de sonrisas y lágrimas, que, según me decís algunos, os gusta precisamente por eso, porque es imprevisible...
Esta experiencia cibernética me ha llenado muchísimo, me ha ayudado y me ha hecho verme reflejada en un espejo. Soy salvaje y visceral, pero también boba, frágil y bastante ilusa... Tan cuerda de remate!
El otro día, en
Tipos Infames, un chico muy bien educado, guaperas y de cierto aire irlandés (que, por cierto, lee este blog), en un arrebato de espontaneidad (o sea, momento ligoteo), me dijo algo que me encantó y que también me podría aplicar a mí misma: "Soy un animal pasional domado por la razoń", jajaja!!! (Ch., eres un crack!)
Gracias a todos los que me habéis seguido, leído, comentado, apoyado y dado ánimo.
En este año Tula ha conocido a bastante gente interesante a través de este blog. Mención de honor para mi amiga, más del corazón que del alma,
Antioquía Decoración. Las dos juntas hemos reído, llorado, bebido, cantado y gritado. Nos hemos lamido las heridas y ahora procuramos curarnos la una con la experiencia de la otra. Y todo gracias a este blog.
Mi vida y la de Tula siguen avanzando en paralelo, con la cabeza bien alta, sin mirar atrás y sin arrepentirse nunca de nada, aprendiendo de cada experiencia y teniendo muy presente que hay que perdonar a la gente que nos ha hecho daño, pero que nunca debemos olvidar sus nombres.
En la boca, sabor de cristales rotos.
En el pecho, ruido.
Dejaste arena
y trocitos de alma;
apenas nada con que construir
el resto de una vida.
By Tula
Yo me llamo Tula porque el perro de Dolores Promesas se llama Tula y me encanta.
Y me llamo Malcriada porque lo soy.
Aunque cada día soy más descarada que malcriada...
GRACIAS MIL.
Volveré pronto con un post megachulo sobre mi inolvidable viaje de la semana pasada a... Sorpresa!!! Pero os daré unas cuantas pistas para ver si lo acertáis. Querida L., tú no puedes participar, jeje...
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Todas las fotos by Tula Malcriada |
Muchos muchos besos y cientos de sonrisas!