viernes, 31 de mayo de 2013

Mostachos por doquier

Mr. Tyler dice que está ya harto de bigotes, que no puede ser tanto bigote por todos lados siendo él el hombre de la casa y el protador del único bigote que yo debería adorar.
Pero es que a mí me da igual, a mí me gustan los mostachos. 
Y es que se me pegó de Anita la manía, y ahora a ella ya le han cansado pero yo estoy on fire. 
Y el Tiger es mi perdición en general, pero más concretamente para mi vicio más reciente. Allí he comprado estropajos con forma de mostacho, balletas con mostachos, vasos con mostachos pegados, pegatinas de mostachos para vasos, y etc etc etc. Vamos, un empacho de mostachos, jjjjjj....

Y el colmo, estas tiritas que encontré en París, metidas en una caja de lata monísima y que no podían quedarse allí, tenían que ser mías.


Bueno, mías y de Anita, porque eso fue lo que le traje de regalo de París. Y si no le gustan, que se aguante, que por su culpa ando yo viendo mostachos a diestro y diniestro. 

¿Qué será lo próximo? porque yo soy mucho de ventoleras... 
Y a vosotros, os gustan los mostachos? Cuál es vuestro fetiche? Confesable, plis, no me seáis guarrindones. 

martes, 28 de mayo de 2013

Mi lámpara maravillosa es sólo media lámpara maravillosa...

La lámpara de la que os hablaba en el post de París es ésta.
La Favourite Things de Chen Karlsson. Un pequeño mundo perfecto para exponer todas tus tonterías y dar rienda suelta a tu cretividad, absurda en mi caso.

La primera vez que la vi fue en la inauguración de showroom en Madrid. Éstas son las fotos que hice.



Y no la había vuelto a ver hasta que llegué a la tienda Fleux, en el barrio Le Marais de París (una pasada de tienda que os recomiendo encarecidamente visitar, aunque sólo sea virtualmente). Allí nos dijeron que no había distribuidores oficiales en España, así es que no nos lo pensamos demasiado y la compramos. La dependienta fue a buscar la lámpara al almacén y cuando la trajo abrió la caja para ver que no estuviera rota. Efectivamente, estaba en perfecto estado, así es que tarjetazo y vuelta a casa con cara de satisfacción y el bolsillo pelao.

Y todo perfecto hasta que toca colgarla. Sacamos la lámpara y vemos que tiene 4 agujeros en la parte de arriba y no sabemos para qué sirven. Miramos en la caja pero no hay nada. Y ahora qué...

Nos ponemos a buscar fotos en internet y descubrimos que la lámpara tiene un casquillo y un sistema de enganche especial para ella pero que nosotros no tenemos. Quiere decir que nos hemos gastado una pasta en una lámpara a la que le faltan las piezas para poder cogarla. Genial.

Ya sabéis que yo soy propensa a liarla parda en los viajes. Recordad si no este post. Pero esta vez no estaba sola, así es que me consuelo repartiendo la culpa, jjjjjjj...

Ahora tenemos dos posibilidades: escribir a la tienda y que nos quieran mandar las piezas que faltan o ingeniárnoslas cual McGiver y salir del apuro nosotros solitos con un alambre y un chicle.

Sea como sea, acabaremos colgándola. Ya tenemos planeadas un montón de escenas para exponer. Queremos ir cambiando a menudo las cosas para no aburrirnos y darle vidilla. La verdad es que un invento genial para darle protagonismo a tus cosillas preferidas. Empezaremos por una Barbie vieja, sucia, desnuda y con pinta de putón (adquirida en el Rastro a 0,50 céntimos), que colocaremos dentro, pero dejándole la cabeza y la melena colgando por fuera. Ya os iré poniendo fotos.








viernes, 24 de mayo de 2013

Del gimnasio a casa Tula

La mayoría de las veces que digo que escribiré un post sobre algo, suelo olvidarlo inmediatamente después y nunca llego a publicar tal post. Y estoy haciendo propósito de enmienda porque me da una rabia terrible no cumplir lo que prometo.
Cuando me estaba mudando dije que pondría fotos del piso ( gracias, Mariana, por recordármelo), así es que poquito a poco os iré contando cosillas. Por ejemplo, la entrada de casa.
Es un banco antiguo de gimnasio que iban a tirar. Era doble y lo tuvimos que cortar por la mitad porque era demasiado para nuestro piso. Le faltan los colgadores y hemos decidido ponerlos todos diferentes. Ya tenemos dos de los cuatro. Uno es una esfera de reloj en porcelana y otro es una cabeza de conejo de color rojo. Cuando estén puestos os pondré otra foto. Lo prometo!
A que ha quedado chulo? Ahora parece que tengo la parada del bus en casa, jajaja...

lunes, 20 de mayo de 2013

Ahora quiero vivir en París...


Y es que cada vez que viajo a algún sitio que me encanta, vuelvo con la sensación de que ése es el lugar en el que quiero vivir el resto de mi vida. Pero vaya, que me dura hasta que vuelvo a viajar.

Aún así, creo que esta vez sí que he encontrado mi sitio.
París.
Sí, señor.
Si no fuera por los precios que gastan...

Mr. Tyler y una servidora hemos estado una semana en la ciudad del Sena y un pedacito de mi corazón se ha quedado ya para siempre allí. Lo mío con París viene de largo, ando obsesionada desde hace años con esta ciudad y he dado pistas en alguna ocasión.
También llevo años diciendo que me casaré con el hombre que me lleve a París, así es que el pobre de Mr. Tyler ha ido un poco acojonado, por qué no decirlo, jjjjjj...
Al final se nos jodió la escena de la petición de matrimonio en lo alto de la Torre Eiffel porque nos cayó el chaparrón del siglo y tampoco era caso de hacerle al pobre que hincara rodilla en pleno charco, pero no pasa nada... Volveré!

De París me ha gustado todo. El poderío histórico y arquitectónico es una barbaridad, hacen como nadie el pan y la bollería, se mueven en bici y tienen un sistema genial de alquiler de bicicletas por toda la ciudad, tienen una vida cultural bastante rica, son muy educados y en los comercios siempre saludan y se despiden con una gran sonrisa. Y así un montón de cosas más. Pero lo que más me ha gustado, sin lugar a dudas y a pesar del mister, han sido las tiendas vintage. Oh my Dior!!!! No me lo podía creer, hay un montón de ellas, más caras, más baratas, más y menos ordenadas, de marca o no, pero casi todas con prendas y complementos muy bien escogidos. Me ha gustado que la gente parece que allí sí le da valor a este tipo de mercado. Estuve en una que me llamó mucho la atención porque pagabas según pesaba la ropa. Se llama Kilo Shop. Pero por no darle mucho la chapa al acompañante, no me paré a probarme nada, así es que tampoco compré.

No he dicho que fuimos en coche, no? Pues sí, en coche desde Madrid, parando a hacer noche en el País Vasco. Hicimos así el viaje porque nos apetecía ver el paisaje francés (maravillosisisisisisimo) y porque sabía que querría traer algo de allí y que no me cabría en una maleta de Ryanair. :-)
E hicimos bien porque nos trajimos un cajón de vino que nos regaló una amiga, una caja de mercancías de la India que encontramos tirada en la calle y una lámpara maravillosa (nunca mejor dicho) que yo llevaba tiempo buscando desde que la vi en un showroom de Madrid. El chico de la tienda Fleux me dijo que en España no hay distribuidor oficial, así es que no había opción.
Y nuestra es.

Pero eso es harina de otro post. Ahora pondré las fotos de París, que es de lo que he venido a hablar.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

sábado, 18 de mayo de 2013

Antojos - Zapatos, cómo no...

Y es que los zapatos de esta temporada de Modcloth son como para ponerse a gastar y dejar la cuenta en números rojos.

Pero con la crisis que tenemos y los precios que manejan... me parece que no voy a pillar ni el par más barato.

Por ahora, me conformo con deleitarme mirándolos. Acaso no son una maravilla?










martes, 14 de mayo de 2013

Tula, la pereza y la incultura

Para que luego no digan algunas lectoras que me estoy poniendo muy ñoña (:-P) pongo un post de esos de frivolidades, que son más propios de mí, jjjjj...

No me gustan las fiestas patronales. Me suenan a churros, osos de tómbola y Paquito el Chocolatero. Pero ayer, lo que empezó siendo una tarde de cervezas en La Latina, acabó siendo un concierto de Fuel Fandango en la Pradera de San Isidro.
Qué de gente!

 

Es vergonzoso, sí, pero nunca había estado en este sitio en cinco años. Igual que no he estado en el Thyssen, en el Prado o en el Reina Sofía...
Sí, vergüenza... Pero le voy a poner solución. Me voy a hacer el bono "Amigos de los Museos" y así me obligo a ir aunque sólo sea por amortizarlo.
También me he hecho el bono de los Renoir por el mismo motivo. Adoro el cine en versión original y diferente, del que no echan en los Kinepolis y esas cosas, pero siempre tengo algo mejor que hacer, así es que me tengo que obligar a ir habiendo pagado con antelación. Soy perezosa. Perezosa con mayúsculas, así es uqe tengo que engañarme y sobornarme a mí misma.

Lo estrenamos el viernes viendo una peli-documental que nos habían recomendado y que se llama Searching for Sugar Man. Nos gustó un montón (a pesar de que me dormí a mitad, pero es que era viernes noche y una ya está muy mayor...). Pero lo importante es que me gustó. Es.... diferente, y, sobre todo, esperanzadora. Mr. Tyler salió con unas ideas rarísimas sobre cambiar el mundo y no sé qué más, pero es que él es un poco budista y ya se sabe... Yo, sin embargo, salí pensando que este tipo de historias se dan muy pocas veces, por desgracia, y que el corazón humano no es tan bondadoso (haciendo alusión al final).
Discusión hipertrascendental él, hiperpráctica yo, y a dormir.

La intención es ver una peli cada dos semanas como mínimo. A ver lo que nos dura la inquietud intelectual, que me estoy dejando últimamente...


sábado, 11 de mayo de 2013

Madrid ya no mola tanto.

Y en octubre, cuando andaba yo allá por el frío, llegó él, un tipo de mirada perdida y gesto perplejo. No nos conocimos hasta dos meses más tarde. Ya al primer vistazo caí perdidamente enamorada. Cuando se estableció la confianza necesaria en estos casos, le acerqué el objetivo de mi cámara. Posó para mí sin miedo ni vergüenza. A veces serio, a veces curioso y a veces harto. 
Se convirtió pues en mi mejor modelo. 

Quién me iba a decir a mí que un bicho tan redicho me quebraría los cimientos.
Quién me iba a decir a mí que un señor tan descarado me apagaría las luces de Madrid.
Quién me iba a decir a mí que un caballero de tan insolente estampa me iba a coser al pecho la pena de vivir tan lejos del sur.


Yo, que nunca he querido ser madre, miro a este señor y pienso que igual es que no lo he pensado bien, no?

Yo, que puede que algún día sea madre, lo único que quiero ahora es ser tía...

Se llama Pablo, mide apenas medio metro y sonríe todo el rato.