Voy a explicaros por qué no debéis nunca dejarme organizar un viaje.
Resulta que se me ocurrió proponerle a Juanan y a
Anita que nos fuéramos un fin de semana a mi pueblo.
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Tula Malcriada |
Dicho y hecho. Dos días después, un miércoles, confirmamos que nos iríamos el viernes. Tenía dos días para prepararlo todo. Lo primero que hice, por supuesto, fue comprar los tres billetes por internet. Anita se lo comunicó a Mr. Mus (su love forever and ever) y éste, seducido por la tentación del jamón, la nieve y la compañía, se compró un billete de avión Melilla-Granada inmediatamente.
Perfecto, todo listo.
El viernes por la mañana, una hora antes de salir del curro, decido que lo mejor será imprimir el resguardo de los billetes por si las flies.
Abro mi correo. Alsa. Alsa. Alsa... Ningún correo de Alsa. No puede ser... Busca de nuevo. Nada. Mira el cargo bancario, que tiene que estar sí o sí... Nada, no existe cargo bancario.
Tula, corazón mío, no me digas que no compraste los billetes! Queda una hora para salir pitando y el novio de Anita ya debe de estar a punto de aterrizar. Llama a Alsa.
Alsa, dígame?
Mire, es que yo compré unos billetes a nombre de Tula de tal y sus ingenuos amigos tal y tal.
No, pues por Tula no me viene nada...
Oh, shit, mierda y joder.
Parece que no le di al bendito botoncito de "validar".
Salgo pitando al ordenador a ver si quedan billetes. Sí, quedan, pero no consigo efectuar el pago porque el puto Windows se me cuelga siempre al final. Qué hago???? Quizás lo mejor sería llamar a Anita y que los compre ella. Queda media hora. No, debo solucionarlo yo solita, yo que la he liado.
De pronto, un compañero, conmovido por mis lágrimas asomando por el rabillo del ojo y mi gesto de desesperación, me sugiere que alquile un coche.
Si, bravo! Un coche! Conducir durante cinco horas, acompañada de mis amigos, parando cuando nos dé la gana y disfrutando de nuestra música. Genial. Una idea insuperable.
Llamo a Anita y le digo que al final no tiene que irse a la estación de autobuses sino a la oficina de Avis en Gran Vía. Ella se asusta un poco pero yo la tranquilizo diciéndole que lo tengo todo bajo control.
Me dispongo a reservar coche. Se cuelga el windows de los c... Inténtalo de nuevo. Se cuelga una y otra vez...
Anita, por favor, podrías encargar un coche desde tu ordenador?
Pero tía, aún estás así??? Que mira qué hora es!
Ah, no, tranquila, por fin, ya lo he conseguido.
Por fin, todo controlado, me iré directamente del trabajo a la oficina de Avis.
Espera. Comprueba que está todo en orden.
Joeeeerrrr.... Hace falta presentar el carnet de conducir para sacar el coche. Y yo que nunca lo llevo encima porque como ya no tengo coche... Tendré que ir a casa a cogerlo. Bien, tenemos tiempo.
Anita, Juanan, a las 3 nos vemos en Gran Vía.
Llego a casa, me voy directa al monedero que ya no llevo nunca encima y voy al bolsillo del carnet de conducir. El carnet de conducir. Vacío. El bolsillo está vacío!!!! Bien, tengo 10 minutos para encontrar el maldito carnet de conducir.
20 minutos después el carnet no ha aparecido y mi piso parece haber sufrido un robo con violencia. Ya lo ordenaré cuando vuleva. Si es que me voy, claro. Y el novio de Anita dando vueltas por Granada esperándonos. Bravo por mí.
Anita.
Qué pasa ahora? Tía, me vas a matar de un susto.
Tú tienes carnet de conducir?
Sí, pero no lo tengo en Madrid porque no lo uso.
Bien.
Qué????
Pues que necesitamos un carnet de conducir y Juanan no tiene y yo no encuentro el mío.
Tula!!!!!!!!!!!!!!!
Que no cunda el pánico. Aún estamos a tiempo de comprar billetes de autobús para las 16:00
Vale, pero los compro yo.
Sí, será mejor.
Llama a Avis y cancela la reserva para que te devuelvan el dinero.
Sí, eso haré.
Voy a comprar los billetes ya.
De pronto caigo en que Juanan ya estará camino a Gran Vía, así es que decido llamarlo a él antes que a Avis.
Juanan, qué desastre! Ya no nos vamos en coche porque yo no encuentro el carnet. Así es que coge el metro y vete a la estación de autobuses.
Tula, yo tengo carnet de conducir y lo llevo encima.
Sí????????????? (A ver cuándo se me quita la bendita manía de sacar conclusiones yo solita sin preguntar)
Anita! No compres los billetes, que nos vamos en coche!
Te mato... Mira que no me fío un pelo ya! Estoy a punto de pulsar "confirmar"
No pulses, Anita, en serio, que tenemos coche.
No me vuelvas a llamar. A las 3 en Gran Vía!!!
Llegamos Juanan y yo a Avis y parece que por fin está todo en orden.
Carnet de identidad del que ha hecho la reserva?
Tome.
Carnet de conducir?
Tome.
Tarjeta de crédito para la fianza?
Tome.
Tarjeta de crédito, no de débito.
..........
Juanan, tú tienes tarjeta de crédito?
No.
Pues yo tampoco.
Joder... Y a ver quién tiene huevos de llamar ahora a Anita y decirle que nos vamos a la estación de autobuses.
Entra Anita y ve nuestra cara de desolación. Juanan cree que todo esto es una señal divina para que no hagamos ese viaje, que está maldito. Yo, que no creo en más divinidad que los zapatos de Rebeca Sanver, le digo que la única señal que veo es que la próxima vez no deben dejarme organizar un viaje.
Anita resopla mientras saca de su bolso su flamante Visa Oro.
Ow, yeah! Nos vamos al pueblo!!!
Chicos, espero que el jamón, las morcillas y los bollos de chocolate hayan compesado, en parte, tanto soponcio.
Una de las mejores anécdotas del fin de semana:
Mi padre nos lleva a la sierra, donde todavía queda bastante nieve, y nos propone meternos con el todoterreno por un camino más o menos peligroso. Cuando ve que el camino está cubierto de nieve virgen y que corremos el riesgo de quedarnos atascados y morir por congelación, decide regresar. A lo que Juanan replica: "Pepe, no des la vuelta, sigue. De todos modos, mi vida ya no tiene sentido".
Un gran fin de semana, chicos!