sábado, 28 de julio de 2012

Antojos - Ahora me gasto los cuartos en ASOS

Ya está bien de tanto drama y tantas mariposas en el estómago.
Vamos a lo nuestro, que son las compras.
La maldita de Anita me ha enganchado a ASOS y la odiaré eternamente por ello.
Quiero todo esto.









sábado, 21 de julio de 2012

21 de julio... Toca hablar de ti.

Julio no es sólo el mes en el que el sol se me tiñe de negro.
Julio también es el mes que alumbró al espíritu ingrávido que cosería mi corazón a besos.
Julio es un mes agridulce.
Julio es el mes.
2012 es nuestro año.


Cierras la puerta con cuidado, dejas el casco en el sofá y suspiras aliviado. El calor de julio en Madrid amilana los ánimos y las sangres mansas. 
Me ves sentada a la mesa, escribiendo, y resuelves escabullirte en silencio para no espantar a las musas. Sólo un beso al aire y desapareces tras la puerta de la cocina. 
No sé estar a una pared de ti. 
Me levanto, abro la puerta, te miro. Empezamos a acusar el cansancio. Dos cafés cargados.
Me preguntas si me preocupa algo.
Si me preocupa algo...
No. Nada importante. Estoy escribiendo. 
No sé por dónde empezar. Ni siquiera sé si debo empezar. La idea me ronda la cabeza desde hace días. ¿Ha llegado el momento? ¿Puede afectar a alguien? ¿Cambiará algo? No debería de darle tantas vueltas.
Vuelvo a mi tarea.
Regresas al salón armado con dos cervezas negras, unos cortes de un queso verde y un pequeño arsenal de besos. Descargas. 
Te sientas sigiloso a mi espalda. Te observo a través del espejo mientras lías un cigarro. Gesto sobrio. Mirada parda y briosa. Perfil noble. Manos soberbias. 
Te observo como alma devota a un dios estático. Me admiro una vez más de la lealtad petrea de mi suerte.
Me descubres en el reflejo, alcanzas una silla y te sientas junto a mí.
Miras de soslayo la pantalla del ordenador.
Tula Malcriada.
Sin rodeos. 

¿Lo vas a hacer?
No lo sé. Me apetece, pero no sé si te agrada.
Es cosa tuya, Tulita. Es tu blog, y esta historia es tan tuya como mía.
No sé...
Señorita Tula, haga usted lo que le plazca. A mí me encantará cualquier cosa que usted escriba.
Ok, pues. ¿Y cómo quiere usted pasar a la historia de este blog?
Puedes llamarme Mr...
¿Cómo?
Mr...
¿Mr. qué?
Déjame pensar...

Un guiño. Un beso. Otra noche en vela.

Ya me conoces. Puedes llamarme Mr. Tyler...

domingo, 8 de julio de 2012

8 de julio.


En una época de luz solar inmensa me pesa la abrupta sombra de no tenerte para contártelo, vivirlo, emocionarte, llorar y disfrutarlo conmigo. 

Me gusta pensar que me mandas brillos para que nunca deje de sonreír.
Me gusta pensar que cada buena persona que llega a mi vida es un regalo tuyo por algo que hago bien. Y cada mala, un toque de atención para que nunca baje la guardia.
Me gusta pensar que no me pierdes de vista, que de alguna manera manejas los hilos de mi vida mientras me lanzas besos encaramada a una estrella suspendida más allá de los planetas. 

Me has dado todas las lecciones que me quisiste dar de viva voz, cuando ya apenas te alcanzaba el aliento. En todo este tiempo me has mandado gente de buen corazón, gente con la sangre podrida, gente sin sangre y sin corazón, para, finalmente, mandarme el corazón que me habría de endulzar la sangre.

La absurda idea de que tenías que irte para poder encauzar nuestras vidas en la dirección adecuada me causa tanta tristeza que me libera. 

Uno de los mejores momentos de mi vida.
Y tú no estás para compartirlo conmigo.

El destino es un cabrón. Nunca me cansaré de decirlo. 

miércoles, 4 de julio de 2012

Rebajas?

No sé qué me pasa últimamente que me da un perezón terrible ir de compras. Y ya de rebajas ni os cuento. Prefiero mil veces patearme las páginas de tiendas como Asos o Dorothy Perkins que pasarme la tarde de probador en probador. No sé a vosotros, pero a mí, lo que más pereza me da del mundo mundial es comprar vaqueros. Todos parecen iguales en los estantes, pero no, luego te los pruebas y no tienen nada que ver. Y tienes 40 modelos diferentes a elegir, pero sólo te dejan pasar 6 prendas, los muy cabrones... Y luego, después de 20 minutos de cola en el probador, te das cuenta de que en esa tienda, esa no es tu talla. A tomar por culo. No te puedes probar ningún pantalón. Entonces qué hago? Cojo 3 modelos en dos tallas diferentes o 6 modelos diferentes y me la juego con la talla? Un coñazo, ya os lo digo... 

Pero... Me voy a dar un voltio por el Estrafalarius y el Freshka a ver si pillo algo decente, que llevo meses sin comprar nada. 
Arreando!

Y me pincho una canción molona que me anime a mover este culazo del sofá...